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			  23 Minutos En 
Infierno 
 por Bill Wiese  
				(Spanish) (re-edited)
 
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	TRANSCRIPCIÓN DEL TESTIMONIO DE BILL WIESE:   “23 
	MINUTOS EN EL INFIERNO”
	Esta transcripcion es de la convencion en Kansas City, KS llamada “Kansas 
	City para America”. La experiencia en el Infierno sucedio en Noviembre 23, 
	1998. Para la historia completa, por favor compre el libro!
	
	(Bill Wiese hablanddo)
	
	Es un honor dirigirme a ustedes y es una 
	tremenda bendición para nosotros. Estamos en el negocio de bienes raíces. No 
	hacemos esto para vivir. No hacemos esto por dinero. Sólo sabemos que Dios 
	nos dijo que vayamos y le digamos al mundo acerca de Su amor por los hombres 
	y acerca del lugar que Dios no quiere que Su creación vaya. Por eso es que 
	estamos aquí.
	
	Primero, debo mencionar varias cosas; preguntas que podrían estar en sus 
	mentes. La primera pregunta la haría yo mismo, si fuera el oyente. 
	Preguntaría, ¿cómo sabes que no fue un sueño malo lo que tuviste o una 
	pesadilla? Quiero establecer par de puntos. Primeramente, yo salí de mi 
	cuerpo. Cuando regresé, vi mi cuerpo tirado en el piso, y por lo tanto estoy 
	seguro que fue una experiencia fuera del cuerpo. Algunos Cristianos han 
	dicho, “oh, ningún Cristiano puede salir fuera de su cuerpo.”
	Pero eso no es verdad, en 2da de Corintios 12:2, 
	cuando Pablo fue llevado al tercer cielo, él dijo, 
	“Si en el cuerpo o fuera del cuerpo no lo sé.” Por lo tanto, si 
	él no lo sabía, significa que es posible. También él dijo en el verso 1 que 
	fue una visión, así que creo que esto puede clasificarse como una visión.
	En Job 7:14 dice: 
	“me asustas con sueños, y me aterras con visiones.” Y eso fue 
	definitivamente lo que el Señor hizo, me aterrorizó con una visión. Cuando 
	regresé de esta visión, me tomó un año calmarme y volver a ser una persona 
	normal. Yo estaba tan agitado y traumatizado de ese temor, que mi punto de 
	vista de como testificar y apreciar aquello de lo que Dios nos libró, cambió 
	totalmente.
	
	Le he pedido a mi esposa que comparta con ustedes, el momento en que ella me 
	encontró en la sala de nuestro hogar, porque yo no recuerdo esa parte.
	Y quiero que ella se lo diga en pocas palabras.
	
	
	(Annette esposa de Bill hablando)
	¡Gracias querido! Eran las 3:23 de la mañana cuando desperté. Recuerdo esto 
	porque miré nuestro reloj digital y noté que Bill no estaba a mi lado. 
	Escuché gritos que venían de nuestra sala y avancé hacia allá. Al llegar 
	encontré a mi esposo de un estado que no lo había visto antes. Cualquiera 
	que conozca a Bill sabe que él, por naturaleza, es muy conservador, un 
	hombre muy calmado y profesional. El no es el tipo de persona que grita o se 
	emociona por cualquier cosa, a menos que Dios lo toque, (ríe) claro está.
	Pero el asunto es que lo vi allí traumatizado, literalmente traumatizado; 
	sosteniendo su cabeza entre las manos, gritando y llorando, desplomado en el 
	piso de nuestra sala, y yo no sabía qué hacer. Pensé que estaba teniendo un 
	ataque cardiaco. Así que comencé a orar, y él me gritó diciendo: “Ora que el 
	Señor me quite esto de mi mente. El Señor me llevó al infierno y siento que 
	mi cuerpo está muriendo. No lo puedo soportar.”
	Así que comencé a orar por él, no sé, quizá por diez o veinte minutos, y él 
	comenzó a calmarse; pero él estaba literalmente en un estado traumatizado, 
	como uno que viene de Vietnam y luego tiene pesadillas recurrentes, o uno 
	que revive un terrible accidente. No era alguien que simplemente despertaba 
	de un mal sueño. Y yo necesitaba testificar esto.
	
	(Bill Wiese hablando)
	Soy bendecido de tener una gran mujer. Estoy muy agradecido a Dios por ella. 
	Hemos estado casados por cuatro años, nos hemos conocido por seis y han sido 
	los mejores seis años de mi vida.
	
	Lo primero que quise saber, después de haber tenido esta experiencia, fue si 
	habría alguien en la Biblia que hubiera tenido una experiencia en el 
	infierno. Así que comencé a investigar. Encontré y escuché a Chuck Missler. 
	Él es un maestro de la Biblia que enseña a través de la nación, un erudito, 
	y él dice que Jonás experimentó el infierno.
	
	
	En Jonás 2:2 
	dice: “desde el seno del Seol clamé.”
	
	Y en Jonás 2:6 
	dice: “la tierra echó sus cerrojos sobre mí para 
	siempre; mas tú sacaste mi vida de la sepultura” Así que al menos 
	hay alguien en la Biblia que experimentó el infierno: Jonás.
	
	Quería saber esto porque fui enseñado en mis primeros días de convertido en 
	la Capilla del Calvario, que toda experiencia espiritual que tengamos debe 
	estar ya registrada en la Palabra de Dios. Así que entendía que si lo que 
	había experimentado era real, estaría en la Palabra.
	Por eso comencé a investigar y encontré alrededor de cuatrocientas 
	escrituras que describen lo que vi, oí y sentí.
	
	Todo lo que tiene que ver con el infierno, ya está en la Biblia, por eso lo 
	que les digo, ya está en la Palabra, y luego haré referencia a algunas de 
	estas escrituras.
	Supe también de alrededor de 14 personas que experimentaron alguna porción 
	del infierno. La mayoría de estas experiencias fueron de personas que 
	estuvieron cerca de la muerte, hospitalizadas, a punto de morir, y que 
	pudieron regresar.
	
	Vayamos rápido al asunto. Mi esposa y yo fuimos al culto de oración del 
	domingo en la noche, al cual siempre asistimos con nuestros pastores, y 
	luego regresamos a casa como cualquier otra noche normal y nos acostamos. A 
	eso de las tres de la madrugada, fui tomado. No supe como llegué allí hasta 
	que regresé, y el Señor me explicó. Pero me encontré tirado en la celda de 
	una prisión, como cualquier celda que usted se pueda imaginar, con paredes 
	de piedra, barrotes en la puerta, pero yo no sabía en donde estaba. Yo sólo 
	sabía que se sentía extremadamente caliente. Estaba tan caliente que no 
	podía creer que estuviera vivo en esa celda. Pensé que debía haberme 
	desintegrado con ese calor tan intenso, pero seguía vivo.
	
	
 Hubo 
	luz en aquel cuarto por un breve instante y creo que la presencia del Señor 
	estaba allí para que yo pudiera ver aquel escenario. Pero luego todo volvió 
	a oscurecer.
Hubo 
	luz en aquel cuarto por un breve instante y creo que la presencia del Señor 
	estaba allí para que yo pudiera ver aquel escenario. Pero luego todo volvió 
	a oscurecer.
	En Isaías 24:22 dice:
	“Y serán amontonados como se amontona a los 
	encarcelados en mazmorra, y en prisión quedarán encerrados.” 
	Proverbios 7:27 dice:
	“Camino al Seol es su casa, que conduce a las 
	cámaras de la muerte.” 
	
	
	
	Cámara significa cuarto interior, así que 
	parte del infierno tiene celdas de prisión en cámaras, hornos de fuego y 
	grandes áreas de fuego. Y yo estaba en una celda de prisión en ese momento.
	
	
	Leamos entonces la siguiente escritura en Jonás 
	2:6, donde dice: “La tierra echó sobre 
	mí sus cerrojos para siempre.” Y Job 
	17:16 dice: “A la profundidad del Seol 
	descenderás.” Por eso todo lo que vi está en la Palabra. La 
	sepultura que menciona Isaías 14:19 es 
	el infierno. 
	Me vi en una celda y estas cuatro 
	criaturas estaban allí conmigo. En ese momento yo no sabía que ellos eran 
	demonios, porque fui llevado allí como una persona inconversa. Dios quitó de 
	mi mente que yo era salvo. No supe por qué pero Él me lo explicó en el 
	camino de regreso.
	
	No sabía lo que eran estas criaturas, pero eran enormes, de 12 o 13 pies de 
	alto. De forma extraña, una de las personas que da su testimonio, vio el 
	mismo demonio que yo vi. Si ven el testimonio de Kenneth Heagan, verán una 
	buena descripción de este demonio que aparece en su 
	video, donde un muchacho está siendo arrastrado por las barras 
	del infierno.
	
	Todos los demonios eran escamosos. Uno de ellos tenía escamas por todo su 
	cuerpo y mandíbulas gigantes que sobresalían con unos enormes dientes y ojos 
	hundidos. Era realmente enorme. El otro era horrible y tenía unas aletas 
	bien afiladas por todo su cuerpo. Tenía unos brazos largos, fuera de 
	proporción, al igual que sus pies, y todo en él era deforme, torcido y fuera 
	de simetría. No había simetría. Un brazo largo, un hombro… era una criatura 
	horrenda, muy horrenda.
	Ellos maldecían a Dios todo el tiempo.
	
	Yo me preguntaba, “¿Por qué estas criaturas maldicen a Dios? ¿Por qué odian 
	tanto a Dios?”
	Entonces ellas volvieron su atención hacia mí. Yo sentí que me tenían el 
	mismo odio que le tenían a Dios. Y pensé, “¿Por qué me odian? Yo no les he 
	hecho nada.” Pero ellos me odiaban con un odio que yo nunca había percibido 
	en la tierra. Mucho más allá de toda habilidad que el hombre tenga para 
	odiar. Ellos definitivamente me odiaban. Y supe que habían sido asignados 
	para torturarme.
	
	Hay algunas cosas que voy a decir, que no sé cómo las supe. Es como si en el 
	infierno tus sentidos estuvieran más agudizados. Estás más consciente de lo 
	que estás en tu cuerpo físico aquí. Yo estaba más consciente de las 
	distancias, del tiempo y de muchas otras cosas. Una de las cosas que sabía 
	era que ellos fueron asignados para torturarme para siempre en ese lugar. Me 
	di cuenta que estaba acostado en el piso de la celda y que no tenía 
	absolutamente ninguna fuerza en mi cuerpo. 
	Y yo me preguntaba, ¿Por qué no puedo moverme? ¿Qué me está pasando? 
	
	Yo estaba consciente de que a mi esposa y a mí nos gusta ejercitarnos, lo 
	sabía, pero no tenía fuerzas, estaba indefenso allí tirado. Entonces uno de 
	los demonios me agarró, me levantó y me tiró contra la pared, como quien 
	coge un vaso y lo tira contra la pared; así de liviano era yo, o así de 
	fuerte era él. Cada hueso de mi cuerpo se rompió, los sentí romperse. Sentí 
	dolor, y allí, tirado en el piso comencé a clamar por misericordia, Pero 
	estas criaturas no tenían ninguna misericordia, absolutamente ninguna. Uno 
	me levantó, y el otro con sus aletas afiladas rasgaba mi carne en hilachas y 
	la arrancaba de mí, sin ningún cuidado por este cuerpo que Dios formó tan 
	maravillosamente.
	
	Era un odio tan intenso contra mí y yo me preguntaba por qué estaba vivo, 
	por qué estaba pasándome esto. No podía entender por qué no estaba muerto. 
	La carne colgaba de mi cuerpo en hilachas, pero no había agua ni sangre, 
	sólo carne colgando, porque la vida está en la sangre y no hay vida en el 
	infierno. Tampoco hay agua en el infierno. 
	
	En Isaías 14:9-10 dice:
	
	
		“El Seol abajo se espantó de ti; 
		despertó muertos que en tu venida saliesen a recibirte... Todos ellos 
		darán voces, y te dirán: ¿Tú también te debilitaste como nosotros…?”
		
	
	
	Salmo 88:4
	dice: 
	
	
		“Soy contado entre los que descienden al sepulcro; 
		soy como hombre sin fuerza.” 
	
	
	Nosotros sabemos que el diablo tiene 
	fuerza, porque la Biblia registra que había un endemoniado corriendo por los 
	sepulcros , dice
	
	Marcos 5:1-4
	
	
		“Vinieron al otro lado del mar, a la 
		region de los gadaremos.
		Y cuando salio Él de la barca, en 
		seguida vino a su encuentro, un hombre con un espíritu inmundo, que 
		tenía su morada en los sepulcros, y nadie podía atacarle, ni aún con 
		cadenas.
		Porque muchas veces había sido atado 
		con grillos y cadenas, mas las cadenas habían sido hechas pedazos por él, 
		y desmenuzados los grillos; y nadie le podia dominar.”
	
	
	Ellos no lo podían amarrarlo; porque él 
	rompía las cadenas en pedazos. Él era sólo un hombre con fuerza demoníaca. 
	También entendí que ellos tienen mil veces la fuerza del hombre. Y yo, si 
	hubiera tenido mi fuerza natural, no hubiera podido contra ellos. Yo estaba 
	a su merced y ellos no tenían ninguna misericordia. Los demonios rigen tu 
	vida en el Infierno.
	El olor de estos demonios y el olor en el 
	infierno era tan atroz, que no puedo describirlo, pero lo intentaré. Es como 
	el olor de la carne quemándose, a sulfato, así era el olor de los demonios. 
	Era como una alcantarilla abierta, como carne podrida o huevos podridos y 
	leche dañada, y todo lo que usted se pueda imaginar, sólo que mil veces peor. 
	Era tan tóxico, que te mataría si tú estuvieras en este cuerpo; morirías. Yo 
	me preguntaba ‘Por qué permanezco vivo con este olor?’ Era tan horrendo, 
	pero no puedes morir. Tienes que soportarlo.
	Ellos maldecían a Dios con profanidades. Esto se menciona en 
	
	
		Ezequiel 22:26
“he 
		sido profanado en medio de ellos.” Sus sacerdotes violaron mi ley, y 
		contaminaron mi santuarios, entre los santo y lo profano no hicieron 
		diferencia; ni distinguieron entre inmundo y limpio; y de mis dias de 
		reposo apartaron sus ojos, y yo he sido profanado en medio de ellos”
	
	
	La palabra profanar significa ‘degradar 
	con un lenguaje vulgar y blasfemo.’ 
	Las torturas que ellos me hacían están 
	mencionadas en
	
		Deuteronomio 
		32:22-24, donde dice 
		“Porque fuego se ha encendido en mi 
		ira y arderá hasta las profundidades del Seol… Consumidos serán de 
		hambre, y devorados de fiebre ardiente y de peste amarga; dientes de 
		fieras enviaré también sobre ellos, con veneno de serpientes de la 
		tierra.”
		
		2da de Samuel 22:6
		dice: 
		“las ligaduras del Seol me rodearán;” 
	
	
	Y en Miqueas 3:2 
	hay una escritura interesante que dice que los Filisteos, quienes odiaban a 
	los Israelitas, amaban el mal y odiaban el bien, les arrancaban la piel y la 
	carne de los huesos. Eso fue lo que les hicieron a los Judíos; eso fue lo 
	que ellos hicieron en lo natural, pero ¿de dónde sacaron esa idea? La 
	sacaron del infierno. Porque eso es lo que los demonios hacen.
	
	Y en cuanto a la misericordia, sólo hay misericordia en el cielo, porque la 
	misericordia viene de Dios. El diablo no conoce la misericordia. El está 
	totalmente en contra de ella. 
	
	
		Salmo 36:5
		“Jehová, hasta los cielos llega tu misericordia.” 
		Definitivamente no está en el infierno. 
		
		Salmo 74:20
 
		dice: “Porque los lugares 
		tenebrosos de la tierra están llenos de habitaciones de violencia.”
	
	
	Es un lugar cruel, miserable y horrible 
	que tienes que soportar.
	
	Otro punto importante es que Dios hizo a la humanidad la más alta forma de 
	Su creación y estos demonios son la forma más baja. Como humanos nosotros 
	trabajamos duro para salir adelante en la vida, nos superamos y estudiamos. 
	Y en el infierno tu vida está regida por los demonios. Estas criaturas 
	tienen un consciente intelectual de cero. Son absolutamente ignorantes. Lo 
	único que saben es odiar a Dios y a ti, y torturarte. Eso es todo lo que 
	ellos saben hacer. Ellos controlan tu vida y no puedes hacer nada para 
	evitarlo. Hay escrituras que hablan acerca de eso. 
	Hay escrituras que dicen acerca de la 
	humillación que tú tienes que soportar, “Saber que esa cosa va a 
	controlar tu vida y no la puedes detener.!
	Isaias 5:14-15 “Por 
	eso ensancho su interior el Seol, y sin medida extendió su boca; y 
	alla descenderá la gloria de ellos, y su multitud, y su fausto, y el que en 
	él se regocijaba. Y el hombre sera humillado, y el varón sera abatido, 
	y seran bajados los ojos de los altivos.”
	
		Habacuc 2:5
		“ensanchó como 
		el Seol su alma, y es como la muerte, que no se saciará…” 
		
		Isaías 57:9-16
  
		“Y fuiste al rey con un ungüento, y multiplicaste tus perfumes, y 
		enviaste tus embajadores lejos, y te abatiste hasta la profundidad del 
		Seol. En la multitud de tus caminos te cansaste, pero no dijiste: No hay 
		remedio; hallaste nuevo vigor en tu mano, por tanto, no te desalentaste,
		¿Y de quién te asustaste y temiste, que has faltado a la fé, y no 
		te has acordado de mí, ni te vino al pensamiento? No he guardado 
		silencio desde tiempos antiguos, y nunca me has temido? Yo publicaré tu 
		justicia y tus obras, que no te aprovecharán. Cuando clames, que te 
		libren tus ídolos; pero a todos ellos llevará el viento, un soplo los 
		arrebatará; mas el que en mí confia tendrá la tierra por heredad, y 
		poseerá mi santo monte. Y dirá: Allanad, allanad; barred el camino, 
		quitad los tropiezos del camino de mi pueblo. Porque así dijo el 
		Alto y Sublime, el que habita la eternidad, y cuyo nombre es el Santo; 
		Yo habito en la altura y la santidad, y con el quebrantado y humilde de 
		espíritu, para hacer vivir el espíritu de los humildes, y para vivificar 
		el corazón de los quebrantados. Porque no contenderé para siempre, ni 
		para siempre me enojaré; pues decaería ante mi el espíritu, y las almas 
		que yo he creado.”
		
		Ezequiel 32:24
 
		dice, “Allí Elam, y toda su multitud por los 
		alrededores de su sepulcro; todos ellos cayeron muertos a espada, los 
		cuales descendieron incircuncisos a lo más profundo de la tierra, porque 
		sembraron su terror en la tierra de los vivientes, mas llevaron su 
		confusión con los que descienden al sepulcro.” 
	
	Y asi sigue, y sigue. Era una cosa 
	horrible, tener que ser manipulado por esas criaturas, que no tienen ninguna 
	misericordia de tí. 
	
	
	
	(La obscuridad y los gritos en el Infiernol)
	
	Yo estaba tirado en la celda y se puso 
	oscuro, muy oscuro. Quiero decir: tinieblas cual nunca antes yo había 
	sentido, y yo he estado en cuevas, en profundas minas de hierro en Arizona, 
	y esas eran tinieblas que usted no puede imaginarse. De alguna manera, logré 
	arrastrarme fuera de la celda, aparentemente ellos me dejaron hacerlo, y yo 
	sabía donde quedaba la puerta. Así que me arrastré hacia ella y cuando sentí 
	que había salido fuera de la celda, miré en una dirección, y todo era 
	oscuridad. Todo lo que se escuchaba eran gritos. Billones de personas 
	gritando en este lugar. Yo supe que eran billones; era un ruido muy fuerte. 
	Si alguna vez has escuchado a alguien gritar, es algo molestoso, no? Pues 
	cuando escuchas billones de personas gritando, puedes imaginar como esto 
	afecta tu mente; no puedes soportarlo, deseas taparte los oídos pero es tan 
	penetrante que no puedes evitar escucharlos. 
	
		Y el miedo que te sobrecoge es 
		increíble, porque está dominado por el miedo, pues no hay presencia de 
		Dios en ese lugar. De modo que tienes que soportar el miedo, el tormento 
		y la total oscuridad donde no puedes ver nada, ni siquiera puedes saber 
		lo que viene en contra de ti, y la Escritura habla acerca de esas 
		tinieblas en el Salmo 88:6 donde 
		habla de: “tinieblas en lugares profundos.”
		
		Apocalipsis 16:10 
		El quinto angel derramó su copa 
		sobre el trono de la bestia, y su reino se cubrió de tinieblas, y 
		mordían de dolor sus lenguas.
		
		Judas verso 13 
		“fieras ondas del mar , que espuman 
		su propia vergüenza; estrellas errantes para las cuales está reservada 
		eternamente la oscuridad de las tinieblas.” 
	
	
	Hay una oscuridad que se puede sentir.
	
	De acuerdo a Exodo 
	10:21 “Entonces el SEÑOR 
	le dijo a Moisés, “Estrecha tu mano hacia el cielo para que haya tinieblas 
	sobre la tierra de Egipto, tanto que cualquiera las palpe.” 
	
	Tú puedes sentir las tinieblas. 
	
	
	(El miedo en el Infiernol)
	
	Y el temor, debo decirte, era tan poderoso 
	que te atrapaba. Es como, ¿alguna vez has visto una película de terror donde 
	se te paran los pelos hasta el cuello? ¡Ese segundo! Si puedes tomarlo y 
	multiplicarlo por mil y sostenerlo ahí, así es como estás todo el tiempo, y 
	yo conozco algo sobre el miedo.
	
	Hubo un tiempo en mi juventud cuando solía deslizarme en el acuaplano o 
	tabla de surfing; todavía lo hago de vez en cuando, pero cuando era un 
	jovencito, estábamos en Cocoa Beach, Florida deslizándonos en el acuaplano, 
	cuando vimos un grupo de tiburones que venían hacia nosotros, y un tiburón 
	tigre de unos 9 pies de largo se acercó y mordió mi tabla partiéndola por la 
	mitad, me agarró por la pierna y me haló hacia abajo, así que mi pierna 
	estaba en la boca de este tiburón gigantesco. Yo no era cristiano entonces, 
	esto fue antes de que fuera salvo. Y de repente, me soltó. Yo sé que Dios 
	permitió que el tiburón abriera la boca. Pero por esos breves momentos, el 
	miedo que te sobreviene es absolutamente aplastante.
	
	Si tú has visto la vieja película “TIBURÓN,” ese miedo NADA se compara con 
	lo que le sucede a uno en ese momento. El miedo era aterrador, y al muchacho 
	que estaba a unos pies de mí, el tiburón le arrancó la pierna de un solo 
	golpe y lo arrastró por la playa. Había sangre por todos lados, gritos, y a 
	él le faltaba una pierna. Por tanto, yo entiendo lo que es el miedo, pero 
	ese miedo no se compara en nada, absolutamente nada, con el miedo que sentí 
	en el infierno. No existe comparación. Y yo pensaba que ese era uno de los 
	peores miedos que pudiéramos experimentar en la tierra, y esas son algunas 
	de las cosas que tú tienes que soportar en el infierno.
	
	En Isaías 24:17-18 dice:
	“Terror, foso y red sobre tÍ, oh morador de la 
	tierra… voz del terror.”
	Aún en las prisiones de la tierra los presos gritan; ¿cuánto más 
	en el infierno? 
	En Job 18:14 
	habla acerca de la suerte de los malos diciendo, 
	“al rey de los espantos será conducido.” El diablo es, 
	definitivamente, el rey de los terroristas.
	
	Ahora yo estaba fuera de la celda y miré en una dirección y otra, y pude ver 
	unas llamas de fuego. Yo estaba como a diez millas de ellas. Supe que eran 
	10 millas, y este hoyo de fuego medía como 3 millas de ancho. Las llamas 
	aclararon el horizonte lo suficiente para ver el panorama del infierno. Las 
	tinieblas eran tan densas que devoraban cualquier luz, pero había suficiente 
	luz para ver un poco del horizonte.
	
	Todo era color marrón; desolado. Quiero decir, ni una hoja verde. Nada de 
	vida de ninguna especie. Sólo piedras, suciedad y un firmamento oscuro. 
	Había una niebla tóxica en el ambiente. Las llamas subían muy altas, y me 
	permitieron ver el lugar. Hay una escritura en 
	Deuteronomio 29:23 que dice, 
	
	
		“Azufre y sal, abrazada toda su tierra; no será 
		sembrada, ni producirá, ni crecerá en ella hierba alguna…”
 
	
	
	No hay vida de ningún tipo en el infierno. 
	Es tan extraño estar en un mundo donde no hay vida como la disfrutamos aquí. 
	Los árboles y el aire fresco y todo lo demás. Nada de eso. Todo allí es 
	absoluta mortandad. Y cuando hablo del calor, este era tan intenso, que no 
	se puede describir. Dice en Deuteronomio 32:22,
	
	
	
		“Porque fuego se ha encendido en mi ira, y arderá 
		hasta las profundidades del Seol…” 
		
		En Judas 
		verso 7 dice, 
		“sufriendo el castigo del fuego eterno”, y el Salmo 11:6 habla de 
		“fuego, azufre y viento abrasador.”
	
	Eso es lo que está pasando en el infierno. 
	Es tan caliente. Todas estas cosas deberían matarte, pero no mueres, sino 
	que tienes que continuar soportando todas esas cosas. Yo quería paz mental 
	para alejarme de esos gritos y salir de allí; como cuando tú quieres 
	regresar a casa luego de un día ruidoso y difícil. Pero allí tienes que 
	soportar todos esos gritos y tormentos. Y nunca jamás puedes librarte de 
	ellos. Nunca. 
	
	
		Isaías 57:21
 
		dice  “no hay paz para los 
		impíos, dice el Señor.”
	
	También estás desnudo en el infierno. Esta 
	es otra de las cosas que tienes que soportar; algo vergonzoso. Y hay una 
	escritura que habla de la vergüenza y se encuentra 
	en Job 26:6 y dice, 
	
		
		“El Seol está descubierto delante de él, y el Abadón 
		no tiene cobertura.” 
	
	
	Eso significa que Dios puede ver dentro 
	del infierno. Así que es observable para Él. Pero también estás desnudo en 
	el infierno, simplemente otra vergüenza que tienes que pasar. 
	
	
	(Sequedad)
	
	No hay agua en el infierno. No hay humedad 
	en el aire. Es totalmente seco. Te sientes desesperado por una gota de agua; 
	tan sólo una. 
	
	Como dicen las Escrituras en Lucas 16:23-24,
	
	
	
		“Y en el Hades alzó sus ojos, estando 
		en tormentos, y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno. Entonces 
		él, dando voces, dijo: Padre Abraham, ten misericordia de mí, y envía a 
		Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua, y refresque mi lengua; 
		porque estoy atormentado en esta llama.”
	
	Quisiera mencionar algunos 
	puntos de esta escritura. Él sólo quería mojar la punta de su dedo en agua; 
	solo una gota hubiera sido preciosa. Una gota; pero ni siquiera tienes eso. 
	Es difícil imaginar cuán seca tu boca está. Si puedes imaginarte corriendo 
	en un maratón a través de valle de la muerte con algodón en tu boca y 
	permanecer así por siempre. Seco; absolutamente desesperado por una gota de 
	agua… 
	Otra cosa que me fue revelada en las 
	Escrituras es que, sabemos que había un abismo entre ellos, en el infierno, 
	entre el paraíso y el hades. Y el hombre rico vio a Abraham a una gran 
	distancia. En lo natural, ¿cómo podía él reconocer a Lázaro y a Abraham? 
	Primeramente, él nunca conoció a Abraham, y segundo, para ver a alguien a 
	esa distancia, no sabrías distinguir quienes son. Pero, como había 
	mencionado antes, en el infierno tú conoces la distancia y lo profundo de 
	las cosas. 
	
	Uno de los demonios me agarró, me arrastró de regreso a la celda y comenzó a 
	atormentarme otra vez. Realmente odio hablar sobre esto, porque no deseo 
	recordar el tormento. Pero ellos comenzaron a apretar mi cráneo y un demonio 
	me agarró y trató de aplastar mi cabeza. Yo gritaba y rogaba por 
	misericordia; pero no había misericordia.
	
	Para entonces, uno de ellos agarró mi brazo y el otro mi pierna. Estaban a 
	punto de arrancar mis piernas y brazos. Entonces pensé, “no puedo 
	soportar esto, no puedo soportar esto,” 
	
	(A un lado del Pozo)
	
	y de repente algo me agarró y me empujó 
	fuera de esta celda. Yo sé que fue el Señor, pero entonces no lo sabía. Yo 
	estaba allí como un inconverso. Así que no sabía estas cosas. Yo fui allí 
	como si nunca hubiera aceptado al Señor. Luego fui puesto cerca del fuego 
	que había visto. Estaba parado a la orilla del hoyo, y debajo de la caverna. 
	Era como una cueva gigante, como un túnel hacia arriba. 
	Y junto al fuego podía ver a través de las 
	llamas lo suficiente para ver los cuerpos, personas en el fuego, gritando, 
	gritando por misericordia, quemándose en este lugar, y yo sabía que no 
	quería estar allí. El dolor que había soportado era más que suficiente. Pero 
	el calor y las llamas eran peor. Y estas personas estaban implorando salir 
	de allí. 
	Había una enorme criatura vigilando al 
	borde del hoyo. Las personas se trepaban tratando de salirse, pero eran 
	empujadas de nuevo al fuego. A ninguno se le permitía salir. Y yo pensé, “oh, 
	este lugar es tan horrible y espantoso.” 
	Todas estas cosas sucedían a la misma vez. 
	Tienes sed, hambre, estás exhausto y tampoco puedes dormir en el infierno. 
	Necesitas dormir, tal como lo necesitamos ahora; nuestro cuerpo necesita 
	reposar.
	En Apocalipsis 14:11 dice:
	
	
		“Y el humo de su tormento sube por los siglos de los 
		siglos. Y no tienen reposo de día ni de noche…,” 
	
	
	no puedes dormir. ¿Puedes imaginarte como 
	será eso? 
	
		Y en Zacarías 
		9:11 dice: “…yo he 
		sacado tus presos de la cisterna en que no hay agua.” 
	
	
	No hay absolutamente ninguna agua en el 
	infierno. 
	Yo sabía que la ubicación del infierno era 
	en el centro de la tierra. Allí es donde está. En el centro de la tierra. Yo 
	sabía que estaba a 3,700 millas de profundidad en la tierra. El diámetro de 
	la tierra es de 8,000 millas y la mitad de eso serían 4,000 millas. Yo 
	estaba a 3,700 millas de profundidad. En Efesios 
	4:9 habla de que Jesús descendió a las 
	partes más bajas de la tierra. 
	
		En Números 
		16:32-33 dice, “Abrió 
		la tierra su boca, y los tragó a ellos, a sus casas, a todos los hombres 
		de Coré, y a todos sus bienes. Y ellos, con todo lo que tenían, 
		descendieron vivos al Seol, y los cubrió la tierra…” 
	
	
	Allí es donde está el infierno ahora mismo. 
	Más tarde la muerte y el Hades serán lanzados al lago de fuego. Esto será 
	después del juicio, pero ahora mismo el infierno está en la tierra. 
	
	
	(Demonios)
	
	Yo estaba en la orilla de este hoyo de 
	fuego, y vi todos estos demonios alineados a lo largo de los pasillos, de 
	todo tamaño y forma; cada clase de horribles y deformes criaturas que usted 
	pueda imaginar. Todas estas criaturas estaban torcidas y deformes. Enormes, 
	pequeños, habían gigantes, arañas enormes, . 
	(5 pies de alto)  
	, ratas, serpientes y gusanos; y la Biblia habla acerca de los gusanos en
	Isaías 14:11.Allí hay toda clase de 
	criaturas abominables. Por todos lados. Y parecían estar encadenadas a las 
	paredes. Me pregunté por qué estas cosas estaban encadenadas a las paredes. 
	No lo comprendía. Hay una escritura que se encuentra en
	Judas verso 6, que dice: 
	
	
		“Y a los ángeles que no guardaron su dignidad, sino 
		que abandonaron su propia morada, los ha guardado bajo oscuridad, en 
		prisiones eternas, para el juicio del gran día.”
 
	
	
	Así que quizá fue eso lo que vi. No sé 
	pero eso fue lo que pareció ser. Yo me alegré porque no quería que ellos me 
	alcanzaran. Todos ellos me odiaban con pasión. Otra cosa que yo no podía 
	entender era que ellos no eran simples criaturas. Sentían odio hacia la 
	humanidad. Por tanto me alegré de que estuvieran encadenados a la pared.
	
	Comencé a ascender de esta caverna, este túnel, y dejar las llamas, así que 
	se hizo más oscuro pero podía ver todos los demonios a lo largo de las 
	paredes; ellos tenían un poder asombroso. Yo me pregunté quién podría pelear 
	contra estas criaturas. Nadie puede pelear contra ellos. 
	
	(Sin Esperanza)
	
	Pero ese terror era tan aplastante que ni 
	siquiera podía soportar tolerar el miedo. Pero lo peor de todo en el 
	infierno, peor que los tormentos y demás, era que yo entendía, que la vida 
	seguía su curso aquí en la tierra, y que las personas aquí –la mayoría de 
	ellos- no tenían idea de que ese mundo existe aquí abajo. Ellos ni siquiera 
	saben que hay un mundo real aquí abajo y que hay billones de personas 
	sufriendo e implorando por una oportunidad para salir de allí, pero ellos 
	nunca tienen oportunidad de salir. Ellos están molestos con ellos mismos por 
	no haber tomado la oportunidad de recibir a Jesús. Están atascados allí para 
	siempre. Esto es lo peor del infierno, no hay absolutamente ninguna 
	esperanza de salir alguna vez. Yo entendía eso. Yo podía entender y 
	comprender lo que es la eternidad. Nosotros aquí no podemos comprenderlo a 
	cabalidad. Pero yo lo entendía, y sabía que estaría allí para siempre y 
	siempre y siempre y que no tenía esperanza de salir. 
	
	Yo pensaba en mi esposa, que nunca podría regresar a donde ella. Yo siempre 
	le decía que si alguna vez nos separábamos por un terremoto o alguna 
	catástrofe, yo la encontraría a ella. Y yo no podía llegar a donde ella 
	estaba; nunca la volvería a ver, y ella no tendría idea de donde estaba yo, 
	nunca más podría volver a hablar con ella. Ese pensamiento me molestaba 
	terriblemente. No había esperanza en este lugar, nunca sales de allí, ¿entiendes? 
	Nunca puedes salir de allí, ¡jamás!!
	
	¿Sabes? Aquí en la tierra siempre hay esperanza. Aún las personas en los 
	campos de concentración tenían una esperanza de salir o de al menos morir 
	para escapar sus circunstancias. Pero en la tierra nunca hemos experimentado 
	una situación totalmente ausente de esperanza.
	
		En Isaías 
		38:18 dice: “Porque el 
		Seol no te exaltará, ni te alabará la muerte; ni los que descienden al 
		sepulcro esperarán tu verdad.” 
	
	No hay esperanza, y la verdad es Jesús. Él 
	es la verdad.
	
	(Jesus aparece)
	
	Para entonces, iba subiendo por el túnel, 
	aterrorizado y totalmente perdido, con miedo a estos demonios, cuando de 
	repente, Jesús apareció. ¡Alabado sea el Señor! ¡Jesús 
	apareció! Una luz brillante alumbró todo el lugar, yo sólo veía su silueta, 
	una silueta de hombre, pero no podía ver Su rostro porque era muy brillante, 
	y yo caí de rodillas y me derrumbé; no podía hacer nada, sino adorarlo… 
	adorarlo…
	
	Estaba tan agradecido… Sólo un segundo atrás estaba perdido para siempre, y 
	ahora de repente, estaba fuera de aquél lugar, porque ya yo conocía a Jesús. 
	Aquellas personas no pueden salir porque no eran salvas. Yo sabía y entendía 
	que no había salida de aquel lugar. Sólo por medio de Jesús puedes evitar ir 
	a ese lugar; Él es el único camino.
	
	En Apocalipsis 1:16 y 17 dice que cuando 
	Juan fue al cielo, él vio a Jesús y su rostro era como el sol cuando 
	resplandece en su fuerza, y cuando lo vio cayó como muerto a sus pies.
	Ahora tú piensas que le harás millones de preguntas, pero cuando estás 
	frente a Él… lo único que puedes hacer es adorar Su santo nombre y darle 
	gracias por haberte salvado. 
	Cuando recobré mi compostura lo suficiente 
	como para formular un pensamiento, le dije al Señor (no creo que verbalicé 
	la pregunta, simplemente lo pensé y el Señor me contestó):
	
	“¿Por qué me enviaste a este lugar?”
	
	Y Él me dijo, 
	“Porque la gente no creen que este lugar existe, aún 
	algunos de mis hijos no creen que este lugar es real.”
	
	Yo estaba asombrado por sus palabras. Pensaba que todo Cristiano creía en el 
	infierno. Pero no todos creen en un infierno literal. Entonces le dije: 
	“Señor, ¿por qué me escogiste a mí?” Pero Él no me respondió a esta pregunta.
	
	No tengo idea de por qué Él me escogió a 
	mí para ir allí. Yo soy la persona menos indicada para ir a ese lugar. Mi 
	esposa y yo detestamos las películas maléficas, odiamos todo lo malo, no me 
	gusta el verano, mucho menos el calor. Ese lugar es mugriento, no hay orden, 
	existe caos total, desorden y repugnancia; y a mí me gustan todas las cosas 
	ordenadas, la excelencia, y no sé por qué, pero Él no me contestó esa 
	pregunta. Él me dijo, 
	“Ve y diles que yo odio este lugar, que no es mi deseo que uno de mi 
	creación vaya a este lugar, ninguno. No hice esto para el hombre. Esto fue 
	hecho para el diablo y sus ángeles. Tienes que ir y decirles. Te he dado 
	boca para hablar; tú ve y diles.”
	
	Y yo pensé para mis adentros, “Pero Señor, ellos no me van a creer; ellos 
	van a pensar que estoy loco o que tuve un sueño malo.” 
	
	¿No pensarían ustedes eso? 
	
	Entonces el Señor me respondió y me dijo,
	“No es responsabilidad tuya convencerlos, sino 
	del Espíritu Santo. Tú ve y diles.”
	Para mis adentros, dije: “Sí, Señor, absolutamente; tengo que ir y 
	decirles.”Tú podrás preocuparte y temer lo que los hombres van a pensar 
	de ti; pero tú sólo tienes que ir y hacerlo, y dejar a Dios el resto. ¿Amén? 
	Y le dije, “Señor, ¿por qué esas criaturas me odian tanto?”
	
	Y Él me dijo, “Porque 
	tú estás hecho a mi imagen, y ellos me odian a mí.” ¿Sabes? El 
	diablo no puede hacer nada contra Dios, él no puede herir a Dios como tal. 
	Pero él puede dañar a Su creación. Y es por eso que el diablo odia la 
	humanidad, los engaña, los lleva al infierno, les inflige enfermedades, todo 
	lo que pueda hacer para dañar la creación de Dios.
	
	(La Paz de Dios)
	
	Dios fluía en mis pensamientos. Yo estaba 
	inundado de pensamientos. Él me permitió tocar un pedazo de Su corazón y 
	sentir cuánto Él ama a la humanidad. ¡Fue increíble! Yo no podía 
	sobrellevarlo. Era tan absoluto, el amor que Él tiene por la humanidad, que 
	tú no puedes soportarlo en tu cuerpo. Nosotros amamos a nuestras esposas, 
	nuestros hijos. ¿Los amas mucho, verdad? Pues ese amor no puede compararse 
	con el amor que Dios tiene para nosotros.
	
	Su amor es infinitamente mayor que nuestro amor, y nuestra habilidad para 
	amar. Es como dice en Efesios 3:19, “Su 
	amor excede todo conocimiento”, va más allá, no puedes asimilarlo. 
	No podía creer cuánto Él ama a la humanidad, Él moriría por que tan solo una 
	persona no vaya a este lugar. Y a Él le ha dolido sobremanera, ver a uno de 
	Su creación ir a este lugar.
	
	Al Señor le duele, Él llora al ver que una persona vaya allí. Él me permitió 
	tocar un pedazo de Su corazón, y pude sentir tanta tristeza de que Su 
	creación vaya allí…
	
	Yo pensé, “tengo que ir y testificar, hasta mi último suspiro, para 
	decirle al mundo acerca de Jesús, cuán bueno es Él. ¡Nosotros 
	tenemos las buenas nuevas del evangelio, y el mundo no las conoce! Ellos 
	tienen que saber. Tenemos que compartir el conocimiento, las personas no 
	tienen conocimiento en esta área. Dios quiere que compartamos con ellos cuán 
	bueno Él es y cuánto Él odia este lugar.
	
	Él también me dijo, 
	“Diles que vengo muy, muy pronto.”
	
	Y otra vez me repitió:
	“Diles que vengo muy, muy pronto.”
	
	Ahora yo pienso, por qué no le pregunté, “¿Qué quieres decir, Señor, cuán 
	pronto…? Así pensamos nosotros, ¿no? ¿Cuán pronto? Pero no le 
	pregunté. Cuando estás ahí tú no piensas en hacer preguntas, sólo deseas 
	adorarlo. No puedes creer la paz de Dios que viene sobre ti al estar cerca 
	de Él --es inexplicable.
	
	Yo, como todos ustedes, he estado en servicios ungidos. Pero no hay 
	comparación al amor y la paz de Dios que sientes al estar cerca de Él. 
	Entonces miré y vi aquellos demonios en la pared que primero se veían 
	feroces, ¡ahora parecían hormigas! Eran enormes, pero en comparación con el 
	poder de Dios, todo el poder creador de Dios, parecían como hormigas en la 
	pared. Estaba maravillado. Y pensé, “Oh, Señor, ¡son simples hormigas!”
	
	Y Él me dijo, “Sólo tienes que atarlos y 
	echarlos fuera en mi nombre.” Y pensé, “¡Wow, qué gran 
	poder el que Él le ha dado a la Iglesia! ¿Sabes? La crueldad de esas 
	cosas tan fieras no tenía comparación, no hay quien las venza sin Jesús. 
	Pero con Jesús, ellas no son nada. Y yo sentí una valentía que se levantó en 
	mí allí cuando vi esas criaturas. Era como decir, “¿Son ustedes las 
	criaturas que me estaban torturando y querían despedazarme? ¡Vengan ahora!” 
	Quizá ese pensamiento fugaz estuvo allí, ¿quién sabe? 
	“¡Jesús, ve contra ellos!” 
	
	(Saliendo del Infiernol)
	
	Subimos a la superficie de la tierra. 
	Tuvimos que continuar subiendo porque todavía estábamos en el túnel. No 
	podía verlo más pero estábamos como en un torbellino gigante. Y 
	aparentemente, teníamos que continuar subiendo para poder salir. Cuando 
	llegamos al final, miré hacia abajo a la tierra, y estábamos muy arriba. ¡Ver 
	el globo terráqueo fue algo asombroso! Yo sé que Dios me permitió ver eso. 
	Él pudo haber salido del túnel de cualquier manera que Él quisiera. Pero 
	pienso que Él conocía que desde niño yo quería ver como la tierra se vería 
	desde el espacio, colgando de la nada. Como dice la Biblia en 
	Job 26:7,
	
	
		“Extiende el norte hacia el espacio 
		vacio; Cuelga la tierra sobre nada.”
	
	Yo miraba y pensaba, “¿Qué 
	sostiene esto? ¿Qué hace su término tan perfecto?” ¡Dios está en total 
	control! ¡El poder de Dios fluyó en mí porque Él es asombroso! ¡Él es 
	Todopoderoso! Cada pequeña cosa está bajo Su control. Ni un solo cabello de 
	nuestra cabeza cae sin que Él lo sepa. Ni un ave cae al suelo sin que Él lo 
	conozca. Yo estaba deleitado con estos pensamientos, ¡Dios tiene tanto poder! 
	Yo estaba sobrecogido por esto. Y hay una escritura 
	en Isaías 40:22 que dice, 
	
	
		“Él está sentado sobre el círculo de 
		la tierra.”
 
	
	Allí estaba el círculo de la tierra. Y aún 
	me atreví a pensar, “Señor, si Cristóbal Colón hubiera leído las escrituras 
	hubiera sabido que la tierra es redonda.” Ellos creían que la tierra era 
	plana entonces. 
	Cuando bajamos, atravesamos la capa de 
	calor que está alrededor de la tierra. Sabía que la habíamos atravesado. 
	Inclusive tuve un pensamiento tonto, aquí estoy con Dios, y yo pensé, “Me 
	pregunto cómo le va a hacer para pasar ese escudo de calor?”. Ustedes saben 
	que en el espacio ellos tienen que penetrarlo exactamente en un ángulo 
	perfecto. Nosotros lo pasamos sin ningún problema. No hubo sorpresa! Estoy 
	seguro que el Señor solo volteó Sus ojos y dijo “Puedo manejar esta”. Hay 
	una escritura en Salmo 47:10 
	que dice:
	
		“Porque de Dios son los escudos de la 
		tierra”
	
	
	Él esta en control de todo, de todo. Yo no 
	quería que se fuera. Solo queríia estar en su presencia. Nos estabamos 
	acercando rápidamente a California. Realmente veníamos muy rápido, como 
	bólidos llegamos a mi casa. Y miré y pude ver através del techo de nuestra 
	casa a mi mismo. Cuando vi mi cuerpo tirado en el piso quedé estupefacto. 
	Ese no podía ser yo, ¡yo estoy aquí! ¡Este soy yo! Usted nunca se ha 
	visto a sí mismo dos veces? Y ahí estaba yo tirado, pero ese no era yo 
	realmente. Hay una escritura donde Pablo dice que nuestro cuerpo es sólo una 
	morada (2 Corintios 5:1). Eso me golpeó 
	fuerte. Yo pensé, “Eso es sólo una morada. ¡Eso es nada! ¡Es temporal! 
	¡Este soy yo realmente! ¡De esto se trata la eternidad, no esta vida 
	de la que tanto nos preocupamos!” También me golpeó el pensamiento de que 
	nuestra vida es como neblina que se aparece por un poco de tiempo y luego se 
	desvanece, como dice Santiago 4:14.
	¡Cuán corta es esta vida! ¡Es muy corta! ¡Cien 
	años, si es que los vivieras, no son nada! ¡Se van como la neblina! 
	
	Y pensé, “¡Tenemos que vivir para Dios! ¡Lo que hagamos aquí, 
	ahora, contará para la eternidad! ¡Tenemos que ser testigos de Jesucristo, 
	tenemos que ir y salvar a los perdidos!” 
	¿Sabes? Nosotros no debemos preocuparnos por cada pequeña cosa que nos hace 
	sentir cansados y derribados. ¡Tenemos que salir y predicar el evangelio y 
	las buenas nuevas de salvación! Porque esto va a terminar pronto.
	
	Yo vi mi cuerpo tirado allí y pensé que era algo así como cuando tú te sales 
	de tu carro y lo miras. Ese no eres tú; es el carro que te lleva de un lugar 
	a otro. Así me pareció mi cuerpo. Y pensé, ¡Señor, no me dejes, no me 
	dejes. Quiero continuar contigo por un poco más de tiempo! Pero Él se 
	fué y yo me acerqué a mi cuerpo, y algo me haló hacia mi cuerpo. Como si 
	hubiera sido aspirado por la nariz ó la boca. 
	
	Y en esos momentos, cuando Él se fué, fue cuando todo el temor, tortura y 
	tormento regresaron a mi mente. Porque la Biblia dice 
	(Juan 4:18 ) “el perfecto amor echa 
	fuera el temor.” Así que yo estuve cerca de ese amor perfecto, y Él 
	se había ido. Y de súbito todo el terror y horror del infierno entraron a mi 
	mente, y no lo podía soportar. Estaba gritando en total agonía. Yo sabía que 
	este cuerpo no es capaz de soportar esa clase de terror. No puedes resistir 
	esa clase de presión. Tu cuerpo no es lo suficiente fuerte. Así que 
	finalmente, pude comenzar a orar, “Quítalo de mi mente”. 
	En lo natural, tendrías que ir a toda 
	clase de consejería para salir de este trauma; pero Dios lo sacó, Él quitó 
	el trauma instantáneamente. Él dejó la memoria, pero sacó el trauma y el 
	terror de mí. ¡Yo estaba tan agradecido!
	
	Después de esto sucedieron muchas cosas. Quisiera tener tiempo para ir sobre 
	ellas. Pero Dios me confirmó lo que había sucedido.
	Si tú eres una persona que no conoce al 
	Señor; preguntate: “Le creo a esta gente, que lo que ellos vieron es real, 
	toda esa gente y yo mismo?” Pero mas importante, ¿Qué
	dice la Palabra de Dios acerca del Infierno?. Quieres tomar esta 
	oportunidad y decir, “No, yo no creo, no creo que esto sea real”. Tendrás 
	que tirar toda la Palabra de Dios, y todo lo que te hemos dicho. Estas 
	seguro que quieres tirar esta oportunidad junto con toda tu eternidad? Me 
	parece my tonto. No dejes que el diablo te engañe. Esa criatura gigante al 
	final de ahi, que estaba riendose. 
	(mostrado en la pelicula)  
	Asi es como el diablo será cuando vayas al Infierno. El se reirá, porque has 
	tenido la oportunidad de recibir al Señor y la perdiste. Pero una vez que 
	hayas llegado ahí, ya no habrá oportunidad de regresar. No hay absolutamente 
	punto de retorno. Te quedarás ahí para siempre.
	Quizás te digas a ti mismo. “Yo soy 
	buena persona. Soy muy buena persona. No merezco ir a ese lugar..” Y 
	quizás seas muy buena persona, comparada con el resto de la gente. Pero no 
	es con los demás con quien debes compararte. Necesitamos compararnos con los 
	Leyes de Dios. Sus Leyes son mucho más altas que las nuestras. El dice en la 
	Palabra que si mientes una sola vez en toda tu vida, eres un mentiroso. SI 
	robaste una sola cosa en toda tu vida, un lápiz, dos minutos de trabajo , 
	cualquier cosa cosa robada una sola vez en toda tu vida. Eso te hizo un 
	ladrón. Si alguna vez te enojaste sin causa, si no perdonaste a alguien que 
	te ofendió por x-causa, si tuviste deseos de lujuria por alguna mujer, si 
	sólo lo pensaste, cualquiera de estas cosas, si sólo lo hiciste una vez, eso 
	te califica como pecador, y no puedes ir al cielo. Ves como todos caído. 
	Todos hemos caído y no podemos llegar al cielo con nuestros propios trabajos.
	
	
		Tito 3:5
 
		“No por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su 
		misericordia Él nos ha salvado…”
	
	
	Amen, depende entonces de como compares. 
	Es como una mujer que vio un rebaño de borregos en un monte, y eran tan 
	blancos y hermosos. Ella dijo: “Mira a esos borregos blancos, se ven tan 
	hermosos, tan blancos.” Esa noche cuando ella dormía, nevó. Por mañana 
	vió a los borregos opacos, empañados, y grises comparados con la nieve 
	blanca. Así nosotros necesitamos compararnos con Dios. Su Ley es mas alta 
	que la de nosotros. Por lo que tenemos necesidad de un Salvador. Nosotros no 
	podemos llegar por nuestros méritos. Dios nos ha dado este regalo gratis. El 
	dice en Juan 14:6: “Yo soy el camino, la verdad, y la vida. Ningún hombre 
	viene al Padre sino es por mí.” El es el único camino fuera de este lugar.
	Si tu eres una persona que no conoce al 
	Señor , y nunca le as pedido a Jesús que sea el Señor y Salvador de tu vida. 
	Si tu nunca has llegado a este punto de pedirle con boca y tu voz y decirle 
	que venga a tu vida, hazlo ahora mismo, no dejes que el diablo, esa criatura 
	se ría de tí. Ahora es el tiempo, ahora es tu oportunidad, porque no sabes 
	cuanto más tiempo tienes. No sabes si vivirás mañana , y terminar en ese 
	lugar.
	Déjame decirte, en ese lugar, tan sólo el 
	calor es horrible de soportar. Todos esos que vimos brincar de las Torres de 
	Nueva York. Ellos se tomaron de la mano y brincaron. Cuán horrible eso debió 
	haber sido. Si algunas vez has estado a esas alturas y mirado hacia abajo, 
	brincar es algo que no se puede ni pensar. Pero ellos tenían que enfrentarse 
	al fuego. En solamente cinco segundos se hubieran incinerado y eran como dos 
	mil grados solamente. Los científicos dicen que el centro de la tierra es 
	como de doce mil grados. Y tu tendrás que aguantar todo eso por la eternidad. 
	Si tu quieres pasar y vivir eso, es absolutamente una tontería. Ahora es el 
	tiempo….decídete, acepta a Jesús como tu Señor y Salvador.
	
	23 Minutos En 
Infierno
	
por Bill Wiese 
	(Spanish)