El falso profeta Jananías
28
1 En ese mismo año* mismo año Probablemente 594–593 a. C., al comienzo del reinado de Sedequías, rey de Judá, en el quinto mes del cuarto año, Jananías hijo de Azur, el profeta de Gabaón, me habló en el templo del SEÑOR ante los sacerdotes y todo el pueblo y dijo:
2 —Esto dice el SEÑOR Todopoderoso, el Dios de Israel: “He roto el yugo que impuso Babilonia. 3 Dentro de dos años voy a devolver a este lugar todos los objetos del templo del SEÑOR, los objetos que Nabucodonosor, rey de Babilonia, se llevó de este lugar a su tierra. 4 Voy a regresar también a este lugar a Jeconías hijo de Joacim, rey de Judá y a todos los habitantes de Judá que fueron desterrados a Babilonia, voy a romper el yugo que impuso el rey de Babilonia. Es la decisión del SEÑOR”.
5 Entonces el profeta Jeremías le habló al profeta Jananías ante los sacerdotes y todo el pueblo que estaba en el templo del SEÑOR. 6 El profeta Jeremías dijo:
—¡Así sea! Que el SEÑOR haga lo que has dicho. Que el SEÑOR cumpla las palabras que tú has profetizado. Que devuelva a este lugar los utensilios del templo del SEÑOR y a todos los que han sido desterrados a Babilonia. 7 Pero escucha esto que te digo a ti y a todo el pueblo: 8 Todos los profetas que vivieron antes de ti y de mí profetizaron guerra, hambre y enfermedad en contra de muchas naciones y grandes reinos. 9 Pero cuando un profeta profetiza paz, se prueba que es un profeta que de verdad el SEÑOR ha enviado sólo si se cumplen sus palabras.
10 Entonces el profeta Jananías tomó el yugo que estaba en el cuello del profeta Jeremías y lo rompió. 11 Entonces dijo ante todo el pueblo:
—Esto dice el SEÑOR: “De la misma forma, dentro de dos años yo romperé del cuello de todas las naciones el yugo que impuso Nabucodonosor, rey de Babilonia”.
Entonces el profeta Jeremías siguió su camino.
12 Un tiempo después de que Jananías le rompiera el yugo del cuello al profeta Jeremías, le llegó a Jeremías un mensaje del SEÑOR que decía lo siguiente: 13 «Ve y dile a Jananías: “Esto dice el SEÑOR: Tú has roto un yugo de madera, pero yo lo reemplazaré con un yugo de hierro”. 14 Porque el SEÑOR Todopoderoso, el Dios de Israel, dice: “He colocado un yugo de hierro en el cuello de estas naciones para que se sometan a Nabucodonosor, rey de Babilonia, y ellas le servirán a él. También, le he dado a él los animales salvajes”».
15 Entonces el profeta Jeremías le dijo al profeta Jananías:
—Escúchame, Jananías. El SEÑOR no te ha enviado y tú le has dado a este pueblo falsas esperanzas. 16 Por eso dice el SEÑOR: “Claro que te voy a enviar, pero fuera de este mundo. Vas a morir este año porque has promovido deslealtad al SEÑOR”.
17 Y el profeta Jananías murió el séptimo mes de ese año.