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Un salmo de David, cuando huyó de su hijo Absalón. 
 1 ¡Yahvé, cómo han aumentado mis adversarios! 
Muchos son los que se levantan contra mí. 
 2 Son muchos los que dicen de mi alma, 
“No hay ayuda para él en Dios”.* La palabra hebrea traducida como “Dios” es “אֱלֹהִ֑ים” (Elohim). Selah. 
 3 Pero tú, Yahvé, eres un escudo a mi alrededor, 
mi gloria, y el que levanta mi cabeza. 
 4 Clamo a Yahvé con mi voz, 
y me responde desde su santo monte. Selah. 
 5 Me acosté y dormí. 
Me he despertado, porque Yahvé me sostiene. 
 6 No tendré miedo de decenas de miles de personas 
que se han puesto en mi contra por todos lados. 
 7 ¡Levántate, Yahvé! 
¡Sálvame, Dios mío! 
Porque has golpeado a todos mis enemigos en el pómulo. 
Has roto los dientes de los malvados. 
 8 La salvación pertenece a Yahvé. 
Que tu bendición sea para tu pueblo. Selah. 
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